Vuelta a cruzar Tucumán, subir las hermosas montañas del Ancasti, y recaer otra vez en el valle de Andalgalá. La sensación de volver prontamente se hizo carne mucho antes de lo pensado. Vuelta al reencuentro con nuestra gente, y a conocer a otras tantas más. Sin Duda en esta segunda versión de Andalgalá, íbamos a compartir uno de los momentos mas significativos de lo que va del viaje.
Decisión nombre del grupo |
Luego de una función en la plaza de Chaquiago, en un acto por el día de los Jardines de Infantes, un grupo de chicos se nos acercó a consultarnos sobre la posibilidad de que les demos un taller sobre manejo de títeres. Sin dudarlo aceptamos y pautamos un encuentro para el día siguiente. Se anotaron casi 15 chicos, y el taller fue un éxito total. Dos de los chicos que participaron en el taller (Favio y Antonella) nos comentaron que tenían una obra de títeres en su cabeza para hacer. Arreglamos un horario para empezar a trabajar en esa idea fantástica.....fue toda una sorpresa, para nosotros, descubrir que en Chaquiago se encuentran los niños mas impuntuales del país, ya que una hora antes de la pautada, interrumpieron nuestro almuerzo... ya estaban TODOS, dispuestos a comenzar con los ensayos y el armado de la obra, con todas sus ganas, ansias y alegría.
Armado de Escenografía |
Durante más de un mes trabajamos duro. Los ayudamos a pasar aquella idea a un lenguaje teatral titiritesco y plasmarla en un papel. Luego de esto, nos dedicamos a orientarlos, sugiriéndoles tal o cual cosa, respetando lo que el grupo consensuaba y constantemente demostrándoles que todo aquello que acontecía y se producía era gracias a que ellos sostenían, respetaban y cuidaban ese espacio.
Parte del elenco |
Es así que se fue construyendo la certeza de que para montar un espectáculo de títeres, a pesar de que son chicos, cuentan con todos los recursos necesarios para llevarla adelante, sin la coordinación de ningún adulto. Estos chicos estaban pariendo al Grupo de Títeres autogestivo y autosustentado “Los Amigos de Chaquiago”.
Hizo falta construir los muñecos que encarnarían a los personajes de la historia. En conjunto construimos el teatro y los títeres y ellos definieron que papel iba a realizar cada uno en la obra. Todas las tardes nos juntábamos a ensayar, todas las tardes nos juntábamos a leer la obra. Fuimos trabajando sobre las problemáticas y obstáculos que se presentaban como las relacionadas con la lecto-escritura ya que en el grupo había niños y niñas de mas de 10 años que no conocían todas las letras y se avergonzaban de no poder leer de corrido y hubo que hacerles un espacio y a pasito de caracol leer junto a ellos y fueron los mismos niños los que ayudaron a sus compañeros en la lectura y le pusieron el pecho a los fracasos y festejaron los triunfos ante las situaciones complicadas y difíciles...
Se generó por un lado, un lazo muy fuerte entre ellos, y por el otro un fortalecimiento de su propia estima que les permitió cobrar confianzas, en vez de retrotraerse al evidenciar sus flaquezas, y así hacerle frente al sistema educativo que dejo de apostarles y que los considera “casos perdidos”. Se potenciaban colectivamente y descubrían nuevas capacidades.
Próximos al esperado estreno Andalgalá y sus barrios circundantes se encontraron empapelados de anuncios que invitaban a toda la comunidad a formar parte de la obra “ Gabriel y su Tesoro”.
Estreno de Gabriel y su Tesoro |
Finalmente, el día del estreno llego, y el pueblo asistió al encuentro con muchas ansias. Incontable cantidad de gente se sumo a ayudar y a prestar su colaboración. Así que aquel 19 de Junio, Andalgalá toda vio nacer a su elenco estable de Títeres “Los Amigos de Chaquiago” y aplaudió de pie la obra “Gabriel y su Tesoro”.
Dias despues, gracias al Moro (uno de los Hermanos de Aldo), partimos a Cafayate cruzando precisamente las montañas que las mineras quieren destruir, y que este pueblo tan noble resiste... Nos costo, pero salimos de Andalgala... Volveremos....
La Antonella |